Sin embargo, medidas como la cuarentena en varios países calan enormemente en la economía de cada nación, pues se detienen todo tipo de actividades económicas e intercambios comerciales, lo cual, por ejemplo, pondrá mucha presión sobre la economía de muchas personas en los próximos meses en el Perú.

No todo es malo. Esta paralización forzada de actividades por el coronavirus está generando efectos positivos en el medio ambiente.

Si hablamos precisamente del país donde se inició esta pandemia, China, exactamente en Hubei, el promedio de días sin contaminación atmosférica aumentó en 21,5% en comparación a las mismas fechas del 2019, según un informe del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China. Adicionalmente, las imágenes de satélite publicadas por la Agencia Espacial Europea y la NASA muestran una reducción dramática de las emisiones de dióxido de nitrógeno en las principales ciudades de ese país.

Aquí en el Perú, dada la cuarentena, es evidente el casi nulo tránsito de automóviles en Lima. Podemos esperar que el cielo se limpie un poco en los próximos días.

En China e Italia, según el Masschusets Institute of Technology (MIT), el porcentaje de disminución de contaminantes en el aire es de 25% en cuatro semanas de prohibición de transporte.

La contaminación del aire es un factor vital para catalizar los efectos del coronavirus, dado que causa infecciones respiratorias. Los especialistas del European Respiratory Society, en Italia, y de Harvard, concuerdan que contar con un aire más limpio es extremadamente importante para aminorar el impacto del contagio, especialmente en las personas más vulnerables a infecciones respiratorias.

La historia no queda aquí. Usualmente, a periodos de ‘frenazo’ económico le siguen periodos de fuertes incentivos dados por los gobiernos a las inversiones. En el pasado esto ha venido de la mano con incremento en la polución. Ojo con esto: si no somos conscientes de que la historia se puede repetir, todos saldremos a las calles y retomaremos las viejas costumbres.

Asimismo, esperemos que, como parte de los incentivos que de el Estado para las inversiones, se priorice la calidad ambiental y la agilidad en los trámites burocráticos, lo que ayudaría a impulsar las inversiones responsables.